Bienvenid@.

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enero 30, 2010

Relato somnífero I.

Soy una maquillista. Me dedico a preparar la imagen de una estrella de la tele antes de su programa. Pero algo ha estado pasado que me consterna. Algo que me hace salir de mi camino. Han empezado a aparecer mujeres muertas, sin razón aparente; prácticamente descuartizadas. Un día camino al trabajo, encuentro un meollo de gente impenetrable, por lo que decido salir a través de un edificio en la esquina, que me permitiría burlar el nudo intransitable. Subo las escaleras, a lo más 7 escalones, giro a la derecha y luego a la izquierda en el primer doblez de pared.


Es un pasillo muy estrecho, apenas y quepo. Al salir, curiosamente salgo a un baño donde hay una mujer (¿?) en el piso descuartizada. Sangrienta, media plástica sin cabeza, con huesos salientes. Miro alrededor y noto a un hombre, al consternarme más: corro por el laberinto que sigue siendo el edificio. Aunque no mucho tardo, por fin salgo de la construcción al tianguis. Cualquiera sabe como puede estar un tianguis de imposible, pero puedo correr entre la gente, sin pegarle, como si no tuviera materia alguna. Corro y corro. En el camino, encuentro a mi mejor amiga, la cual me agarra, y corre atrás de mí tratando de impedir que corra.

(En este momento, mi alma regresa a mi verdadero cuerpo, y se agarra de "mi mejor amiga", hasta que por fin termina el gran cúmulo de gente, ahora sólo hay unos cuantos y regreso al cuerpo de la maquillista).

Me rompo en llanto, mi amiga me abraza y me pregunta que pasó. Yo le comento, a pesar de tener por alguna razón el sentimiento: no era una mujer de verdad, era una trampa-reclamo de activistas anti-feminicidios, pero no lo revelo. El nervio y confusión me esconden. Mi amiga con cara de enojo-compasión, me pregunta ¿por qué fuiste sin mí?. Yo no sé que decir, sólo continúo en el llanto....

Desperté.

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